IKEA analiza la evolución del hogar a través del arte en el Thyssen

IKEA presenta una exposición en el Museo Thyssen con el objetivo es reflexionar sobre cómo los cambios sociales y culturales han influido en la forma y funcionalidad del hogar a través de los últimos seis siglos.
Ayer se presentó en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza "IKEA y el arte del hogar, diseño para un mejor día a día", un recorrido histórico y artístico que explora la evolución del hogar durante los últimos seis siglos y que culmina en una exhibición que hace un homenaje a diseño democrático de la marca sueca. La muestra estará abierta al público hasta el próximo 6 de enero.
Esta iniciativa forma parte de un proyecto promovido por IKEA durante 2024 y 2025 en el que colaborará con diferentes entidades culturales y artísticas de España con el objetivo de poner en valor el concepto de diseño democrático y su impacto en la vida cotidiana. Así, hace poco más de un mes se inauguró en Barcelona la exposición "100 objetos de IKEA que nos hubiese gustado tener en VINÇON", el Disseny Hub Barcelona (DHUB), que podrá visitarse hasta el 23 de febrero de 2025. Comisariada por el arquitecto y diseñador Juli Capella, la muestra rinde homenaje a la emblemática tienda barcelonesa VINÇON y está basada en una idea original de Fernando Amat, quien ha seleccionado 100 productos de IKEA que habría querido incorporar a su tienda.
Exhibición IKEA y el arte del hogar, diseño para un mejor día a día en detalle
La exhibición de Madrid arranca con un recorrido por 16 obras maestras de la colección permanente del Thyssen, desde el siglo XV hasta el XX que nos invitan a reflexionar sobre la importancia del hogar en nuestras vidas y su transformación a lo largo del tiempo. Las obras actúan como ventanas a épocas pasadas que revelan cómo los cambios sociales, económicos y culturales han influido en los espacios domésticos y el mobiliario. El objetivo es generar una reflexión sobre las transformaciones estilísticas y de función que durante seis siglos han experimentado los hogares hasta la llegada de los movimientos de vanguardia y la democratización del diseño en el siglo XX, concepto del que IKEA es máximo exponente.
El recorrido culmina en una exhibición situada en la sala Rodin del museo, que estará abierta al público hasta el 6 de enero de 2025, en la que IKEA nos abre las puertas de su historia y profundiza sobre las claves de su diseño democrático: función, forma, calidad, sostenibilidad y precio bajo. En ella además podremos disfrutar de un juego visual de equivalencias entre los cuadros del recorrido y diseños de la marca sueca, explorar la biografía de su fundador, ver la evolución de las portadas de todos los catálogos desde su primera edición, leer el manifiesto de su diseño democrático o entender las influencias que fueron determinantes en su diseño.
IKEA y el diseño democrático
La búsqueda de la versatilidad, funcionalidad, belleza y comodidad en el hogar ha sido una constante a lo largo de la historia, pero solo a principios del siglo XX se consideró como algo a lo que algún día podrían tener acceso la mayoría de las personas. Esta idea, que nació como un sueño, se convierte en realidad a mediados del siglo XX gracias a IKEA y las cinco dimensiones de su diseño democrático: función, forma, calidad, sostenibilidad y precio bajo.
Evolución de los hogares
El recorrido de las obras maestras del Thyssen comienza en el s. XV con El evangelista san Mateo de Gabriel Mälesskircher, que muestra la existencia de muebles multifuncionales como mesas para escribir, almacenar y exponer libros.
En la transición de la Edad Media al Renacimiento, el mobiliario se vuelve más ligero y sofisticado, con maderas finas y exóticas, como se ve en Retrato de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni de Domenico Ghirlandaio. En el s. XVI, El nacimiento de la Virgen de Jan de Beer ilustra cómo gran parte de la vida doméstica giraba en torno a la cama, sin distinción entre los espacios públicos y privados.
En el s. XVII, con la relevante presencia de la burguesía a la ciudad, se crean estancias separadas para la vida privada y social, y la casa se convierte ante todo en la sede de la vida de la familia, como se refleja en El tamborilero desobediente de Nicolaes Maes.
En el s. XVIII, proliferan las librerías para bibliotecas particulares como se conciben hoy en día, como se puede observar en Rincón de una biblioteca de Jan Jansz van der Heyden. Además, salón se convirtió el en el centro del hogar y en él se desarrollaba la vida social y cultural, apareciendo nuevas tipologías de muebles como la cómoda, el bureau, mesas de juego o chiffonière. Esta búsqueda del confort sienta las bases de la ergonomía y el mueble modernos, algo que podemos ver en el Retrato de la condesa María Benedetta di San Martino de Pompeo Batoni.
A mediados del s. XIX, la mecanización de la producción de muebles abarató costos y permitió la aparición de muebles como la silla Thonet, más accesibles y transportables. Surgen también el sillón de muelles de acero, que junto a la tapicería o el capitoné crean ambientes acogedores, como se muestra en El espejo psiqué de Berthe Morisot o Misia Godebska de Pierre Bonnard.
En el s. XX, los expresionistas como Ernst Ludwig Kirchner rechazaron el avance industrial, promoviendo formas de vida más sencillas, y que tienen su eco en la forma de pintar con influencias de lo primitivo como queda reflejado en Fränzi ante una silla tallada. Ya a finales del s. XIX William Morris, representante fundamental del movimiento Arts & Crafts, había criticado el impacto nocivo de la industrialización, si bien reconocía que no todo era negativo en la producción en serie ya que, al aumentar la producción, se abarataban los precios y se hacían más asequibles los productos.
La Bauhaus retomó esta utopía, buscando aprovechar la industrialización para hacer el diseño accesible. La casa pintada por el artista Paul Klee, en su obra La casa giratoria, puede simbolizar las utopías que aún están por realizarse en los espacios para la vida.
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