La estrategia detrás de "El ingrediente final" de Xiaomi

En una era donde las marcas luchan por ser relevantes más allá del producto, Xiaomi ha conseguido situar su ecosistema tecnológico en el epicentro de la cultura visual y gastronómica. Con “Comer con los ojos”, la compañía ha construido un proyecto de branded content consistente a lo largo de más de dos años, articulado en tres capítulos que conectan la fotografía con la alta cocina bajo una idea matriz: “podemos comer con los ojos”.

El proyecto nació con “el primer maridaje fotográfico de la historia, desarrollado por la chef Begoña Rodrigo y el fotógrafo Javier Corso. Un nuevo menú en el que cada fase se acompañaba de una serie de fotografías que “maridaban” con él. Un menú que, a día de hoy, sigue disponible en el restaurante La Salita de Valencia.

El segundo capítulo llevó la narrativa un paso más allá, creando una exposición en la que la fotografía y cocina se unían. Tres exposiciones creadas por Ana Palacios, Maria Contreras Coll y el propio Corso y cada una de ellas culminada por un plato que representaba su sabor. Una nueva experiencia  que consolidó la marca como creadora de nuevas formas de expresión.

Ahora, con “El ingrediente final”, Xiaomi cierra el círculo y convierte literalmente una fotografía en parte del plato. En colaboración con Quique Dacosta, uno de los chefs más prestigiosos del mundo, y el fotógrafo Javier Salas, referente retratista, la marca lleva su storytelling a la cúspide de la sofisticación: una imagen impresa en papel de arroz y tintas comestibles, congelada a -196ºC, se transforma en polvo y se integra como ceniza en el icónico Arroz Cenizas del restaurante Dacosta en Denia. Una metáfora perfecta del propósito del proyecto: fusionar lo visual y lo gustativo en una misma experiencia.

El nuevo "Arroz Ceniza": la evolución de uno de los platos más icónicos de Dacosta

El Arroz ceniza, como muchos otros platos de Quique, representa un paisaje de su territorio, en este caso, el arrozal quemado tras la cosecha. En “El ingrediente final” del arrozal en su momento más verde, tomada con el móvil Xiaomi 15T, brinda una nueva capa narrativa, gustativa y visual al propio plato. Mostrar las frases y el trabajo tras los arrozales, dotar al plato de una nueva textura y sabor gracias al papel de arroz congelado y triturado, y finalmente, dar toques color al negro predominante.

Una estrategia cocinada a fuego lento

Desde el punto de vista estratégico, Xiaomi ha sabido reposicionar su producto -el smartphone- como herramienta creativa, alejándose del discurso tecnológico tradicional para instalarse en el territorio del arte y la cultura. “Comer con los ojos” no vende especificaciones, vende emociones amplificadas por la tecnología. Cada capítulo ha funcionado como un escalón narrativo hacia un mismo fin: mostrar como la fotografía móvil puede trascender lo visual para tocar lo humano.

En un mercado saturado de storytelling efímero, Xiaomi demuestra que cuando la estrategia, la creatividad y la tecnología se cocinan al mismo fuego, la marca se convierte en arte.