Para crear la nube de tequila que hizo las delicias de los asistentes a una galería de arte contemporáneo en Berlín, la agencia de publicidad Lápiz y la productora Two Bit Circus utilizaron humidificadores ultrasónicos para hacer vibrar el tequila con la frecuencia exacta para convertirlo en una densa niebla. Posteriormente ésta se condensaba en líquido y dejaba caer gotas de tequila que los visitantes recogían en vasos para su degustación. Además, un ordenador controlaba la nube para hacer que ésta dejara caer la lluvia cuando llovía realmente en Berlín. O sea, casi todo el tiempo.
Sobra decir que la gente disfrutó de lo lindo con la "lluvia", cuyo fin último era invitar a los alemanes a probar el verdadero tequila en Jalisco (México).