El valor de lo auténtico

 La IA ha venido a instalarse definitivamente en nuestras vidas. Más que eso. ChatGPT ha entrado no sin cierta inquietud en el sector de la comunicación. Cuando comenzamos a interiorizar realidades virtuales y metaversos, nos damos de bruces con una nueva herramienta supuestamente “temeraria”, dispuesta a crear un briefing, generar contenido para una nota de prensa, etc. Pero, todo lo contrario. Como no podía ser de otra forma, nuestro sector, abierto, dinámico y en continua adaptación a todo proceso de cambio, ha dado un paso al frente para abrazar tal innovación que viene a aportar valor. No hay más que asomarse a LinkedIn y otras RRSS, webs, para comprobar este nuevo fenómeno como herramienta de ayuda: genera textos que imitan el lenguaje humano; interactúa de diferentes formas; evita los conflictos al no disponer de toda la información que, por cierto, no entiende. Pero por ahora, busca palabras e imita nuestro lenguaje… Porque para razonar ya están los humanos. Al menos, por ahora.

No todo es lo que parece. La IA nos abre un mundo lleno de posibilidades, clave en nuestro sector, pero con limitaciones. Desde la inteligencia humana, las prioridades estratégicas de comunicación a abordar, y el techo bajo el que operar, es alto. Demos el merecido protagonismo a todo nacimiento tecnológico útil, pero veamos el horizonte desde el valor humano, el mejor patrimonio para ejercer bien nuestro trabajo. El reto es cada vez mayor en el ámbito de la consultoría, donde prevalecerán los grandes profesionales más allá de cualquier innovación. Hagamos “push” en todo ese fuelle de asesoría creativa y estratégica necesaria para soplar de forma más fresca, genuina y auténtica en nuestro entorno social y empresarial. Porque en esto, andamos carentes.

Según el estudio “El Poder de la Autenticidad” presentado el pasado mes de diciembre por OmnicomPRGroup, los consumidores esperan de las empresas mayor coherencia entre lo que comunican públicamente y hacen. No hay duda de que nos encontramos en un momento acertado, con un margen amplio de actuación en valores, con los que contribuir a que entidades crezcan en reputación y negocio; y las agencias sigamos siendo un partner de utilidad ante sus públicos de interés. Primero “ser”; pero también “parecer” lo que “es”. Es ahí donde los asesores en comunicación debemos poner foco: Ayudar “a ser y parecerlo”. Para OmnicomPRGroup, la autenticidad es un valor al alza, pero ¿lo trabajamos bien? ¿contribuimos a estrechar esa brecha de autenticidad entre lo que las compañías dicen ser y hacen; y lo que finalmente perciben esas audiencias? ¿Cómo evolucionar en pro de la autenticidad?

La IA puede ayudarnos a analizar datos (bendita DATA) pero esa maquinaria estratégica previa es humana e impacta sobre reputación y negocio de cada compañía, enlazado a valores humanos irreemplazables. Para empezar, nos debemos a nuestros principales embajadores, los empleados que son los que difunden nuestra cara auténtica de compañía. ¿Atendemos adecuadamente a nuestro público preferente? Aquí intervienen factores como transparencia, comunicación honesta, sensibilidad, respeto por la diversidad, igualdad e inclusión…. A partir de ahí el resto de stakeholders y atención a otros temas relacionados con el desempeño de una entidad (cuidado social y ambiental; activismo del CEO…) Drivers que solo desde un abordaje estratégico se avanza para que las compañías reduzcan su brecha de autenticidad. Las consultoras de comunicación pueden hacer tangible el valor de la comunicación cuando cruzan datos entre lo “que las compañías son” y “su percepción”. La clave: el consumidor se conecta a una marca cuando percibe esa autenticidad. Y entre escalón y escalón, la necesaria IA.