Los medios de comunicación y el vídeo online como eje informativo

La aplicación de tecnologías disruptivas como el 5G, el internet de las cosas o la inteligencia artificial en los medios de comunicación tienen como objetivo desarrollar un formato, que, a pesar de convivir con nosotros desde hace tiempo revestido de diferentes formas, se va a convertir en el eje desde el que pivotará la información en la próxima década, el vídeo online. 

Un formato que usamos cada vez más y de manera impensable hasta hace unos pocos años. Son ya numerosos los estudios que indican el crecimiento del formato vídeo en digital. El informe Online Video Forecast 2019 de Zenith asegura que consumiremos una media de 100 minutos diarios viendo vídeo online en 2021. Son 84 minutos más que este año y la cifra equivale a 25 días seguidos viendo contenido online. ¿Alguna vez en nuestra historia le hemos dedicamos tanto tiempo a otro formato? Sí, exacto, al gran totem generacional de nuestro tiempo, la televisión. 

Pero el tiempo pasa para todos. Este mismo año ya se espera que pasemos de media el doble de tiempo viendo contenido online que viendo televisión convencional. Si nos centramos en España, YouTube acumula más de 10.000 millones de vídeos al mes y el consumo medio por usuario alcanza los 1.180 minutos. Los grandes contratos musicales ya no dependen de cuanta gente compra tu disco, sino de los millones de visualizaciones que consigas reunir, el Video Kill The Radio Star de los Buggles está más vivo que nunca. 

Los medios tradicionales ya se han dado cuenta de este cambio de paradigma y las plataformas de televisión online de cadenas nacionales como Atresplayer y Mitele no paran de crecer en términos de consumo. La versión digital de los grandes de la prensa nacional como El País o El Mundo ya presentan su noticia de portada con un vídeo, porque tienen cada vez más claro que sin Play no hay Click.

Si algo ha logrado la revolución digital en los medios de comunicación, ha sido eliminar varios mantras que no vivían acordes a la realidad actual. Primero se redujeron el tamaño de los artículos, luego se aplaudió la idea de que la lectura diagonal no era tan mala idea para mantenerse informado, y finalmente se añadió la inserción de pequeños materiales audiovisuales para acompañar al texto. Evidentemente nunca va a desaparecer el texto de nuestras vidas, pero no por eso debemos cerrar el paso a nuevos formatos.

Por otro lado, el fenómeno Fake News también ha afectado a la hora de elegir los canales de información y a la eterna búsqueda de la confianza por parte del consumidor. Actualmente, tanto la prensa tradicional como online se enfrentan a un juicio moral constante por parte del lector debido a la susceptibilidad provocada por las noticias falsas. En este sentido, el vídeo todavía no se ha visto afectado por este fenómeno ya que como consumidores seguimos confiando más en lo que vemos por nosotros mismos que “lo que nos cuentan otros”.

Es más que evidente que el vídeo ya no es una herramienta más para rellenar secciones o atraer al público joven, va mucho más allá. Si los consumidores transforman su modo de informarse o de crearse opinión, si dedican más tiempo a su móvil que a la tele, es elemental para los profesionales de la comunicación que seamos capaces de mantener el ritmo y, sobre todo, que seamos capaces de adaptarnos a una nueva forma de comunicar que va a definir los medios en la próxima década.