Multiversos

Balenciaga en Fortnite, Nike adquiriendo RTFKT, su primera marca de NFTs o H&M inaugurando su primera tienda en CEEK. Paso a paso, el metaverso que anticipaba Mark Zuckerberg va adquiriendo la cuarta dimensión.

Pero lo que para el fundador de Facebook es la oportunidad de dar forma a su utopía, para otros puede ser una auténtica pesadilla. Debemos asumir desde ya que va a existir un universo paralelo y digital donde las personas podrán trabajar, divertirse o comprar. Pero al mismo tiempo, debemos ser conscientes que seguirá existiendo un universo llamado realidad, donde muchas otras personas no pueden conseguir ninguna de esas cosas. Un infraverso marginal en el que la falta de tecnología, de conocimientos o de recursos, crearán una nueva clase social: los exiliados del metaverso. No hace falta ponerse en el peor de los escenarios para dar un ejemplo. Hoy en día, es relativamente común ver a personas de cierta edad con sus teléfonos de última generación, pedirles a sus hijos o nietos ayuda para cualquier compra, trámite online, o incluso, para gestionar sus correos personales o redes sociales.

Personalmente, soy incapaz de imaginar un metaverso en el que no estemos todos.

La tecnología debe estar al servicio del ser humano y no al revés. Eso es lo que defiende el humanismo tecnológico. Y como profesionales de la comunicación tenemos una gran responsabilidad, integrar dicha tecnología para adaptarnos, evolucionar y construir puentes para que las marcas sigan siendo capaces de conectar con las personas, independientemente de donde estén. No tengo ninguna duda de que lo vamos a conseguir.