Prompts clave: "A girl sharing a plate of spaghetti with Heinz tomato puree next to an impersonation of an artificial intelligence".
El único proyecto que hice hasta ahora con inteligencia artificial nació después de darnos cuenta que, aunque la IA podía hacercosas increíbles como diagnosticar enfermedades y lanzar cohetes al espacio, a la hora de generar imágenes de comida te quitaba el hambre. Tomates monstruosos, porciones grotescas, salsa por todos lados… Cocinar no es su plato fuerte.
Algo parecido me pasa a mí. Sé hacer bien alguna que otra cosa, pero venderme profesionalmente no es una. Por eso, cuando me llegó este desafío de intentar vender mi perfil con la ayuda de la IA pensé que era una buena oportunidad para cobrarme el favor que me debía. Si nosotros le enseñamos a cocinar con el AI Cookbook de Heinz (un libro de recetas para inteligencia artificial), ahora le toca a ella enseñarme a mí a hacer esto. Suena justo.
Primero, le pregunté a ChatGPT que características me convenía destacar de mí y me hizo una lista. Después, le pregunté cómo sería una imagen que las representara. Por último, no le hice caso en nada. No usé palabras como versatilidad ni adaptabilidad. No le pedí que imagine “un jardín vibrante y diverso, con un árbol sólido simbolizando creatividad”. A la IA se le olvidó lo que más me gusta hacer: pensar por mi propia cuenta. Y comer. Así que, le pedí a MidJourney que nos imaginara a las dos disfrutando un plato de pasta con salsa de tomate para celebrar lo que habíamos hecho en equipo (en esa mesa faltan muchas personas).
La mejor manera de venderse es dejar que sea tu trabajo el que lo haga. No sé ustedes, pero yo sí me comería el plato de pasta.