El pasado fin de semana Martin Sorrell, uno de los hombres más poderosos de la publicidad internacional, anunciaba que dejaba su cargo como consejero delegado del grupo WPP. Esta renuncia responde a la investigación interna llevada a cabo para demostrar una supuesta utilización irregular del dinero de la empresa. Sin embargo, según rezaba un comunicado emitido por WPP al respecto, “las alegaciones no afectaban a cantidades significativas”.
"Obviamente, estoy triste por dejar WPP tras 33 años. Pero creo que mi dimisión es lo mejor para el negocio", declaraba Sorrell. Su salida será gestionada como un retiro, lo que le permitirá cobrar en los próximos cinco años sus bonus en acciones pendientes de cobro. En cuanto al cargo ahora vacante, será asumido provisionalmente por el actual presidente de WPP, Roberto Quarta, mientras se busca a un nuevo consejero delegado.
La renuncia de Sorrell no hace sino acentuar la crisis de WPP, afectada por los recortes de presupuesto de los anunciantes y el crecimiento de Google y Facebook como canales publicitarios más directos para llegar al público. De hecho, Sorrell tenía planeada una estrategia basada en una mayor colaboración entre las distintas agencias del Grupo para crear una oferta más integral y asequible para los clientes.