La distopía llega. Indudablemente, algunos efectos negativos se producirían si en un mundo tan globalizado como el nuestro no pudiéramos usar los aeropuertos. Pero también es cierto que a medio plazo se producirían otros beneficiosos: caída radical de las emisiones de CO2 a la atmósfera permitiendo una desaceleración en el futuro cambio climático; aumento del consumo de productos de cercanía; desarrollo de tecnologías de la comunicación para reuniones alternativas a los ineficientes e insostenibles viajes de trabajo; promoción de las actividades culturales locales; desarrollo de negocios de turismo sostenible; inversión en medios de transporte alternativos que en distancias medias pueden ser tan rápidos y mucho más sostenibles… podríamos seguir con más ejemplos.
En fin, hace bien Aena en poner de manifiesto su servicio a la comunidad, pero haría mejor en tener un poco más de sensibilidad hacia la sostenibilidad en sus estrategias de marketing y comunicación.