Con esta acción, BBVA se convierte en el primer banco en España en calcular la huella de carbono de sus clientes. Algo que tendrán que hacer todas las instituciones financieras con sus clientes empresariales a partir del próximo año por imperativo legal de la UE tras la publicación de la Taxonomía ambiental. No es revolucionario, no es único, pero sí ha sido el primero en España. Y con impacto social local, ya que permite a las personas tener una mayor conciencia sobre el impacto que sus acciones tienen sobre el planeta.