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Marcas y ESG

Dejemos de hablar del tiempo. Hablemos del clima

Dejemos de hablar del tiempo.  Hablemos del clima
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martes, 15 de julio 2025

Con la crudeza necesaria para sacudir conciencias y un enfoque orientado a movilizar a la ciudadanía, la campaña "Small Talks" pide a los representantes políticos pasar de la charla trivial a la acción decidida. Porque el tiempo ya no es solo una conversación de ascensor: hay que hablar del clima. Y actuar.

En el Día Europeo de las Víctimas del Cambio Climático, instaurado por la Comisión Europea, el Parlamento y el Consejo de la UE para honrar a quienes ya sufren las consecuencias de esta crisis y lanzar una llamada a la acción, la organización Salud por Derecho presenta la campaña "Small Talks" (conversaciones de ascensor), con el objetivo de denunciar la brecha existente entre la urgencia de la emergencia climática y la superficialidad con la que sigue tratándose, en demasiadas ocasiones, en el discurso político y público.

Desarrollada por  McCann, dirigida por Max Blanco, y producida por Landia, la campaña utiliza el humor y la ironía para reflejar la peligrosa desconexión entre la retórica política y la magnitud real del problema. En las piezas audiovisuales, vemos a figuras públicas ficticias charlando despreocupadamente del tiempo, como si estuvieran en una conversación de ascensor, mientras están rodeadas por incendios o con el agua y el fango hasta las rodillas. La campaña quiere así evidenciar la falta de ambición y la banalización del debate, mostrando cómo mirar hacia otro lado tiene un impacto directo y devastador en la salud de millones de personas. Pero es hora de cambiar esto ya: dejemos de hablar del tiempo. Hablemos del clima.

Del sarcasmo al dato

Más allá del recurso creativo, "Small Talks" está construida sobre unos datos muy reales. Según la Organización Mundial de la Salud y el último informe de The Lancet Countdown, Europa se está calentando al doble de la velocidad media global y el calor extremo ha provocado más de 100.000 muertes en el continente en los últimos años (entre 2022 y 2023). A esto se suma un reciente estudio del Imperial College de Londres y la London School of Hygiene & Tropical Medicine, que revela que la ola de calor registrada entre el 23 de junio y el 2 de julio de 2025 provocó alrededor de 2.300 muertes atribuibles al calor en 12 ciudades europeas, incluyendo Madrid y Barcelona.

En España, la situación es especialmente compleja: este junio ha sido el mes más caluroso de su historia, con temperaturas que alcanzaron los 46°C en El Granado (Huelva) y noches que no bajaron de 24°C, temperaturas con un impacto directo en la salud, ya que impiden la recuperación del organismo y elevan drásticamente el riesgo cardiovascular. Solo en ese mes se han registrado 380 muertes atribuibles al calor, diez veces más que en junio del año pasado, y en lo que va de 2025 ya se contabilizan 2.168 muertes vinculadas a temperaturas extremas, lo que representa el 68% del total de muertes climáticas de todo 2024, según el Instituto de Salud Carlos III. Hay regiones como Andalucía, Comunidad Valenciana o Murcia que afrontan un riesgo creciente de desertificación y olas de calor prolongadas, que impactan especialmente en personas mayores y en quienes trabajan al aire libre, como hemos visto en las últimas semanas.

El cambio climático no solo dispara las muertes por calor. También facilita grandes incendios forestales, alarga las temporadas de polen —agravando alergias y patologías crónicas— y favorece la expansión de enfermedades como el dengue o el virus del Nilo Occidental, que antes estaban restringidas a zonas tropicales. La quema de combustibles fósiles genera emisiones contaminantes y gases de efecto invernadero que deterioran el aire que respiramos, provocando miles de muertes prematuras. A esto se suma un impacto creciente en la salud mental: el aumento de la ansiedad, la depresión y el riesgo de suicidio, ligados tanto a las olas de calor como al miedo crónico por un futuro climático incierto —la llamada ecoansiedad, que golpea especialmente a la juventud—, son ya parte del saldo invisible de esta crisis.

“Las consecuencias del cambio climático no solo impactan en el medio ambiente, están afectando directamente nuestra salud y a nuestra calidad de vida”, subraya Vanessa López, directora de Salud por Derecho. “No podemos seguir abordando esta crisis solo desde lo ambiental. También es una cuestión de salud pública, de bienestar y de justicia social. Es imprescindible que el vínculo entre clima y salud esté en el centro del debate político”.

Por su parte Eoin Sherry, Chief Creative Officer de McCann, afirmaba: "Estamos muy orgullosos de haber colaborado con Salud por Derecho en una campaña tan necesaria como esta. Con humor e ironía, pone de relieve el desinterés ante la crisis climática y busca romper ese silencio incómodo, a fin de transformar la indiferencia en acción. Confío contribuyamos a lograrlo”.

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