Casas virtuales para denunciar la crisis de la vivienda
Dos estudiantes de la escuela creativa Brother Madrid hacen una campaña de casas virtuales que denuncia la inaccesibilidad a la vivienda en España.
Lucía Botaya y Lucía Búger, dos estudiantes de creatividad de Brother Madrid, presentan "Virtualista", una innovadora campaña que combina humor, videojuegos y crítica social para abordar uno de los problemas más actuales de nuestro país: la crisis de la vivienda. Y es que el precio medio del alquiler por metro cuadrado ha aumentado un 80% en los últimos diez años. Un incremento que ha llevado a cuatro de cada diez inquilinos españoles a destinar el 40% de sus ingresos al pago del alquiler, incluyendo la cuota mensual y servicios básicos.
La campaña infiltra anuncios de casas de videojuegos como Minecraft y Los Sims en plataformas de viviendas e inmobiliarias para mostrar, de forma irónica, que las únicas viviendas accesibles son ficticias. La idea es denunciar la inaccesibilidad de la vivienda en España mediante un concepto claro y contundente: ¿y si solo podemos permitirnos vivir en mundos ficticios? “Esta campaña pone de manifiesto cómo solo podemos ‘permitirnos’ vivir en mundos virtuales, porque la realidad se ha vuelto inalcanzable", explica Búger.
La materialización de la campaña
Cuando las estudiantes subieron a Idealista el primer anuncio de la campaña anunciando una casa de Minecraft, recibieron más de 60 respuestas con personas interesadas tanto de forma genuina como siguiendo la broma. La publicación fue eliminada de la plataforma por moderadores a las 16 horas, pero consiguió su objetivo: empezar a hacer ruido.
En Instagram y TikTok "Virtualista" cobra vida con imágenes y vídeos en formato vertical que parodian el tono de los anuncios inmobiliarios típicos en redes sociales, presentando las características de sus casas en videojuegos con una sátira fina pero potente.
Para llevar el mensaje más lejos, las creadoras han diseñado carteles que imitan a las inmobiliarias reales más conocidas, ofreciendo pisos ficticios tanto en los escaparates de los negocios como por las calles de Madrid. “La acogida en la calle fue impresionante, la gente se llevaba los carteles que poníamos y tuvimos 35.000 visitas en uno de nuestros vídeos”, comenta Botaya.