Los alemanes, especialmente los más jóvenes, pueden presumir de tener una conciencia ecológica superior a la de muchos otros ciudadanos europeos. Los llamados “Friday for Future” los estudiantes se reunen sin falta para demandar a su gobierno medidas más drásticas contra el cambio climático para salvar nuestro planeta.
El problema es que hay mucha conciencia sobre la contaminación que generan los coches y las fuentes de energía tradicionales, pero no tanta sobre los plásticos de un solo uso. Y es que la mayoría de los alemanes siguen prefiriendo consumir agua embotellada en lugar de agua del grifo. Tal es así que, con el fin despertar conciencia sobre el impacto de las botellas de plástico en el medio ambiente, la ONG alemana Deutsche Umwelthilfe y la agencia Havas han lanzado una campaña gráfica para señalar el tiempo que tarda el plástico en degradarse y su enorme poder contaminante.
El Festival de Woodstock duró tres días, la basura de plástico que los asistentes tiraron al suelo durará 249 años más.
El programa School Milk Act, que proporcionó leche gratis a los estudiantes británicos, duró 31 años; las pajas de plástico en las botellas durarán 114 años más.
El acuerdo alcanzado por la 22ª Conferencia del Clima duró dos años; las botellas de plástico que utilizaron los ponentes durarán 446 años más.