Barbie o el hilo infinito de la nostalgia

Si buscas en Google “are we obsessed with nostalgia?” encontrarás unos 9 millones de resultados que tratan de dar contestación a esa pregunta. Pero aquí lo curioso no es la cantidad de resultados que nos devuelve Google, lo curioso es que es una pregunta que le llevamos haciendo al buscador desde hace algo más de 20 años. Por ejemplo, en 2005 El Mundo titulaba uno de sus artículos “Furor por las máquinas pinball”. Este mismo periódico, 3 años después, compartía un artículo de investigación titulado “La alegría que deja la nostalgia”, que versaba sobre los efectos que la nostalgia producía en nosotros. Podría seguir poniendo ejemplos, pero creo que me quedaría sin caracteres.

La nostalgia es humana. Y como la alegría, la tristeza, el asco o la rabia (¡gracias, Pixar!) es algo constante en nosotros, los humanos. Ahora si nos preguntamos, ¿se ve la nostalgia afectada por el contexto? La respuesta es: totalmente. No es lo mismo vivir en una época de bonanza, donde la esperanza funciona casi como un antónimo a la nostalgia y nos anima a proyectarnos en un futuro; que vivir en un momento de permacrisis, donde la nostalgia se apodera de nosotros y nos lleva a un pasado romantizado.

Barbie ha funcionado muy bien por muchas cosas pero, para mí, uno de sus grandes aciertos ha sido saber renovar lo que entendemos por nostalgia; ha sabido darle una nueva mirada. Barbie puede hacernos recordar cuando fuimos niñas, pero no se regodea en un pasado que, sabe perfectamente, que no fue mejor. Barbie llena su nostalgia de rosa, escapismo y diversión. Llena su nostalgia de imaginación y esperanza reconciliando dos mundo que creíamos opuestos.

A seguir en 2024…

Siempre es complicado predecir tendencias pero, en un contexto tan convulso como estamos, quizás lo sea aún más. Ahora, si tuviese que quedarme con dos conceptos que creo que serán vitales en 2024 serían la vuelta al humor y la diversión, como vía de escape a la realidad y de las noticias globales, y el regreso de los grandes fandoms y de elementos monoculturales que crean un sentido de colectividad.