Larga vida al autoconocimiento

Hoy en día para que una marca, producto o proyecto tenga impacto en sus públicos de una manera efectiva y en el tiempo, es necesario no sólo construir un mensaje atractivo y útil, sino diseñar como y desde donde vamos a comunicarlo para que sea inolvidable. En este proceso, es más importante que nunca, trabajar con los portavoces y directivos de las empresas, no solo para que memoricen los mensajes, sino para que los hagan suyos, llevando la conexión entre el comunicador, la marca y sus públicos a un nivel nuevo y auténtico.

Trabajar la marca personal y el autoconocimiento de la persona que comunica nuestra compañía es la clave para darle a nuestro contenido empresarial todo el sentido, uniformidad y la máxima coherencia y confianza. Ya no se trata solo de formar portavoces, sino de enseñar primero a nuestros directivos a ser ellos mismos, a conocerse, a entender sus valores, a construir sus propios mensajes personales y profesionales, para a partir de ese proceso, generar una confianza personal genuina, que les permita transmitirlos a los demás, sin dobles tintas. Si creen en ellos mismos, nuestros públicos creerán también en su mensaje.

Necesitamos, por tanto, comunicadores en las compañías únicos, honestos y en total armonía con sus valores, historias, vivencias y especialización, para que cuando transmitan los mensajes claves de la organización lo hagan desde un espacio más humano, colaborativo y transparente. Más que nunca es necesario comunicar desde la verdad, y este espacio radica sólo en trabajar desde y para las personas.