Publicistas. Manipulamos los criterios camuflando la realidad. Creamos necesidades insaciables. Fomentamos el consumo por encima de las posibilidades del planeta. Con la de profesiones importantes y trascendentes que hay en el mundo, y dedicamos nuestro talento, tiempo y esfuerzo a la comunicación comercial. No me digas que no lo has pensado más de una vez. Pues creo, o quiero creer, que nuestra profesión es una pieza clave en la sociedad, y no solo por ayudar a mantener el sistema económico. Más bien por ayudar a evolucionarlo. Y no lo digo con afán egocentrista, sino para que no nos olvidemos de la responsabilidad que tenemos.
La diferencia entre una empresa y una marca es que la marca tiene un significado simbólico. Quizás la compañía Idilia Foods a mucha gente no le dice nada, pero la marca Nocilla sí. Sabemos que las marcas comerciales cada vez son más irrelevantes y para que nos importen deben contribuir a la mejora de nuestro bienestar y calidad de vida y no lo digo yo, lo dicen estudios como el "Meaningful Brands" de Havas. Y es aquí donde entra nuestro trabajo: crear marcas conectadas con los consumidores y la sociedad. Como decimos en Aftershare, una marca es aquello que va por delante de la empresa. Piénsalo. Una marca promete y por ello compromete a la empresa. Hoy una marca ayuda a que la empresa no se acomode, que evolucione con la sociedad. Así que, sí, me parece un verdadero privilegio poder trabajar para crear marcas relevantes que impulsen a las compañías a generar un impacto social positivo.