La fotografía pertenece a una calle cercana a la agencia. Suele ser el camino que hago cada día hasta una estación de metro. Dependiendo de si estoy pensando en una campaña hago un trayecto u otro. La verdad es que no es el paseo más bonito del mundo, pero es mi paseo, mi paseo creativo. Cada creativo, a lo largo de su carrera, va generando su propia metodología para que el proceso de creación no sea angustioso. En mi caso, algo que siempre me funciona es caminar. Con o sin rumbo, dejando que la mente se evada de aquello que me preocupa e intentando buscar asociaciones con elemento que encuentro a mi paso. Es un hecho que somos más creativos cuando caminamos. Muchas veces observo a otros creativos del equipo cuando están pensando en una sala y mientras lo hacen caminan dando vueltas sobre la mesa. Es cierto que, dentro de mi proceso, hay una fase inicial en la que me gusta investigar y acumular información, pero cuando me enfrento al momento creativo en si intento apartar toda esa información racional de mi lado izquierdo del cerebro y pongo el lado derecho a funcionar. Primero satisfago esa parte racional y después activo la irracional, que es la que saca las mejores ideas.