La campaña más rompedora, según Bel Rodríguez

El mundo de la moda ha sido casi siempre el primero en abrazar las nuevas realidades y retos que iban surgiendo en el sector publicitario. Y no solamente sumándose, en muchas ocasiones también creándolos. Por su componente creativo y tecnológico, las marcas de ropa, especialmente las de lujo, se han convertido en los últimos años en generadores de tendencias, dinamizadoras capaces de movilizar a una cantidad brutal de público muy heterogéneo y, de alguna forma, democratizadoras. Desde la barrera de la agencia, nos han puesto en bandeja el tomarlas como ejemplo para animar a muchas otras marcas para que se atrevieran a seguirles por este camino de baldosas amarillas. Hemos visto casos mucho (pero mucho) antes de que Meta anunciara sus planes con escenas como la Gucci Garden Experience en Roblox o las múltiples pasarelas de Balenciaga en realidad virtual desde 2016. Y de esta última quiero hablar aquí. El increíble Demna Gvasalia entró en aquel año como director creativo de la casa y su debut no pudo ser más excitante. Lanzó su desfile Otoño/Invierno 2016 a través de una app que te permitía ver el desfile en directo en 360º e incluso conectar tus cascos de realidad virtual para vivirlo en primera fila. ¿Quién tenía una de esas en casa hace seis años? Aquello fue toda una declaración de intenciones que, personalmente, me tuvo embelesada y con muchas ganas de futuro. En primer lugar, por abrir un mundo tan exclusivo como eran las grandes marcas en ese momento a todos los públicos, al mainstream. Y, después, fue el inicio de un matrimonio que no debería separarse nunca, el fashion-tech. Gracias, Demna, por hacerme soñar en 2016 cosas que por fin podemos llevar a cabo en 2022.