Y atenciĂłn a la tendencia que nos llega de Estados Unidos, se llama povertry cosplay (disfraz de pobre) y vas a alucinar. Lo practica gente rica que se hace pasar por pobre en las redes para ganar engagement y seguidores, fingiendo desgracias como quedarse en el paro o no poder poner la calefacciĂłn en invierno, o posando con ropa vieja y sucia o en un piso aparentemente minĂșsculo. Ya hay sociĂłlogos dando explicaciones: dicen que se estĂĄ romantizando la pobreza porque la lucha contra la adversidad se identifica con valores positivos y admirados como la fuerza moral o la resililencia, y que esto no es nada nuevo porque se ha visto siempre en la moda (inspirada a veces en los sin techo o los presidiarios), en la literatura con los bohemios, en la mĂșsica con los punks. Ahora este reclamo se usa en las redes sociales para ganar batallas en la guerra por la atenciĂłn.
Mientras los pobres de verdad seguro que estarĂan encantados de cambiarse por estos sans culotte de pacotilla, pero no es probable que esto ocurra porque todo esto es una pantomima mĂĄs de los tiempos en que vivimos.
Y no hay semana sin su episodio en el culebrĂłn WPP, que como siempre es el reflejo de lo que estĂĄ pasando en la industria publicitaria mundial. Ahora se anuncia la salida de la CEO mundial de Grey Laura Maness. Le sistituirĂĄ en el cargo _redoble de tambor- nadie. Una prueba mĂĄs de que Grey estĂĄ virtualmente integrada en Ogilvy y que a esta marca histĂłrica de las agencias de publicidad le queda ya muy poco para pasara a la historia.
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