Tecnología para la sostenibilidad

Estos dos aspectos, tecnología y sostenibilidad, se deben conjugar porque cualquier producto desarrollado con nuevas tecnologías que no incluya aspectos de sostenibilidad desde sus primeras fases de desarrollo encontrará grandes problemas para expandirse. La nueva inteligencia artificial ya está empezando a topar con problemas regulatorios para su implementación en la economía de masas, precisamente por su rápido desarrollo sin estudios previos sobre su repercusión en aspectos éticos y sociales en su cadena de valor. De igual manera, una  idea innovadora para mejorar la sostenibilidad del sistema y el planeta que no aplique las nuevas tecnologías no tendrá la eficiencia de procesos y eficacia de resultados que otros productos de la competencia puedan tener. 

Hoy en día existen tecnologías sencillas de manejar que no requieren de grandes inversiones, como el software low code, y que pueden disponer de grandes plataformas en la nube para su desarrollo. 

Un reciente ejemplo interesante de este matrimonio entre nuevas tecnologías y sostenibilidad es Do Black, la primera tarjeta de crédito del mundo con límite de huella de carbono, desarrollada por una start up sueca de tecnología financiera llamada Doconomy y que ha comprado Mastercard. Se trata de una tarjeta que no solo ayuda a los usuarios a rastrear y medir las emisiones de CO2 asociadas con sus compras, sino que también establece un límite cuando los gastos mensuales alcanzan un tope de emisiones de gases de efecto invernadero. El desarrollo de este nuevo producto es relativamente sencillo, ya que podemos saber las misiones generadas por cualquier consumo que hagamos simplemente acudiendo a páginas web que proporcionan este cálculo. . 

En una sociedad de consumo como la que vivimos, se trata de una excelente manera de hacer que las personas pasen de la concienciación al compromiso. Porque no sólo consumimos dinero, también consumimos recursos del planeta. La ecuación a la hora de tomar decisiones de compra ha cambiado, incluyendo nuevas incógnitas, y las nuevas generaciones tienden a tener en cuenta las variables de sostenibilidad que afectan a la satisfacción de sus necesidades.

Otro ejemplo es la nueva aplicación desarrollada por Fennel Finantials, una compañía tecnológica americana para inversores particulares, que ofrece información pública de sostenibilidad de las empresas en las que el cliente busca invertir, de manera que su decisión final de inversión esté soportada también por datos reales de impacto de la sostenibilidad de la compañía. Datos que, en muchos casos, ni siquiera la propia compañía sabe que están al alcance de cualquier posible inversor con un simple clic. Para promocionar la aplicación, Fennel ha desarrollado un spot que está teniendo mucho impacto en los Estados Unidos. En él se muestra lo que podría ser una reunión de un consejo de administración de una gran empresa que decide no hacer pública una información ya disponible en internet sin que ellos sean conscientes. Lo llamativo del anuncio es que se trata de una junta de accionistas real desarrollada en una conocida empresa de consumo el pasado 26 de mayo de 2022. 

Por el momento se trata de una aplicación para inversores que quieran incluir aspectos éticos en sus decisiones de inversión. Pero ¿y si avanzara hasta ofrecer la información en el propio acto de consumo? ¿Y si un día fuéramos a pagar el menú familiar de McDonnald’s para nuestros hijos con nuestra tarjeta Do Black en el teléfono, y en nuestra app de Fennel nos apareciera un mensaje que nos informara de que el máximo ejecutivo de McDonald’s cobra una retribución 1.224 veces mayor que la retribución media de sus empleados? 

Todo esto es sólo el principio del viaje entre lo ideal y lo real en el consumo de nuestras marcas. Los momentos de cambio como los que vivimos generan dudas, pero el viaje es ya inevitable. Como decía Cervantes, cosas veredes, amigo Sancho, que farán fablar las piedras.