El centro comercial es una experiencia comercial para el cliente, pensada al detalle. El “anticentro” comercial es también una experiencia comercial para el cliente, pensada al detalle, pero mostrando factores de sostenibilidad ligados a toda esa experiencia de una manera tangible. De alguna manera, representa un nuevo estilo de vida sin renunciar a la rentabilidad de un espacio conjunto de comercio y ocio para la familia.
Nuevas palancas para el consumo basadas en nuevas formas de entender el consumo.