La muñeca Babie de Matel es un símbolo para la polémica de género desde los años cincuenta del pasado siglo. La bandera de lo rosa y la heteronormatividad por excelencia. Conscientes de que el mercado de aspiraciones de madurez de las niñas está cambiando a pasos agigantados gracias a las luchas feministas, la compañía ha entendido que debe reposicionarse aplicando claros y rotundos factores de diversidad y dignidad en sus modelos, como hace en su campaña #morerolemodels. Ahora, como siempre, será la empoderada demanda quien decidirá si estas nuevas barbies tendrán sus buenas cuotas de mercado o se quedarán como piezas para coleccionistas, como ya pasó en alguna aventura similar que tuvo lugar hace algunas décadas con la Barbie sobre ruedas.
Una sugerencia provocadora, ¿qué hay de la Barbie pobre, que no puede contar con los complementos que vende la misma marca?