La tradición de Halloween dicta que los niños llamen a las casas de conocidos o desconocidos con una amenaza muy explícita: ¿truco o trato? O lo que es lo mismo, “dame un dulce decente o te hago una faena indecente”. El caso es que se trata de una de las festividades favoritas de los estadounidenses y lo cierto es que los niños no siempre obtienen los dulces deseados.
Para dar una salida a los caramelos menos apetecibles, la agencia Anomaly instaló en pleno centro de Nueva York una máquina expendedora que permitía convertirlos en chocolatinas Reese´s. Y todo el mundo entantado de la vida...