Lo ves, te lo dije, el vaso está roto”, afirmó el maestro espiritual. Aunque era uno de los vasos más bonitos y preciados del mercado, para él el vaso era inservible. El maestro lo utilizaba y lo mostraba a los visitantes, pero en su cabeza siempre se decía “este vaso es inútil, no sirve para nada”. Finalmente, el vaso se rompió y el maestro, gratificante, afirmó: por supuesto, ya estaba roto.
Esta pequeña fábula de un conocido maestro de meditación tailandesa ejemplifica nuestro sector. El marketing y la publicidad están rotos si seguimos en la tónica actual: hacer marketing solo para vender más. Hasta ahora este había sido nuestro objetivo, pero ya no funciona, necesitamos replantearnos el sector y cambiar nuestra forma de trabajar.
Hacer marketing para ayudar a nuestros clientes, este debe ser el nuevo enfoque. Primero dar, para luego recibir. Toda acción positiva tiene siempre un retorno favorable. Si actuamos de esta manera nos beneficiará a la larga y nos posicionará como una compañía referente, porque aquello que sembremos es lo que cosecharemos.
Ahora es momento de cambiar de perspectiva para impulsar el renacimiento del marketing y convertirnos en empresas que tengan cabida en el futuro del capitalismo. Un capitalismo y un marketing más consciente, integrador y capaz de generar riquezas no sólo para sus accionistas sino para todo su entorno. Aprovechémoslo, seguramente no tendremos un momento tan bueno como el actual. El marketing debe ayudar.