"A veces un fracaso puede llevarte a un hallazgo inesperado"

Tened el valor de equivocaros. Dice Hegel, "el éxito es la capacidad de ir un fracaso a otro sin perder el entusiasmo". Contesta Churchill, "qué fácil es lanzar sentencias en boca de mentes ilustres, y qué complicado es decir que simplemente te has vuelto a equivocar". Pero a veces un fracaso puede llevarte a un hallazgo inesperado que es incluso mejor. Aunque eso, la serendipia, es algo tan poco común que el término era prácticamente inexistente antes de 2002. Vamos, que lo normal siempre ha sido que el fracaso duela.

Aquella vez el encargo era claro: el Golf cambiaba de generación y antes de lanzar la nueva, querían vender las unidades que quedaban de la anterior. Necesitamos un Ziritione, nos dijeron. Esa palabra inventada había sido un pelotazo de la agencia años atrás. Así que el ejército de creativos nos pusimos a pensar.

Alguien postuló el palabro sucesor y a mí me tocó bajar el guion. Me encerré con mi dupla y planteamos un montón de caminos. Ninguno satisfacía las siempre elevadas expectativas de nuestros jefes. Todos fracasaron. Estábamos a punto de quedarnos sin ideas, así que escribí el texto más coloquial y descriptivo que pude por si nos servía de inspiración. ¡Les encantó! Tanto, que lo usamos prácticamente tal cual para hacer el spot.

Serendipia nunca tuvo la trascendencia social de su predecesor, pero El País escribió un artículo (con el mismo nombre que este, por si lo googleáis) recomendando el uso de potra, carambola, chamba o incluso churro, antes que el anglicismo con ínfulas científicas de nuestra campaña. No creo que fuera lo que el periódico buscaba, pero a mí me flipó que nos publicaran. Qué chiripa.

Esta recopilación de reflexiones sobre el fracaso, a cargo de Javier Pérez Rey, está inspirada en el libro 'Teoría optimista del fracaso' de Ignasi Giró y está publicada íntegramente en el nº677 de la revista Ctrl, de descarga gratuita.